Daño emergente

El daño emergente es un concepto jurídico que se utiliza para referirse a los daños materiales o económicos que ha sufrido una persona como consecuencia de un hecho ilícito, como por ejemplo un accidente de tráfico, un incumplimiento contractual, un acto de negligencia o cualquier otro hecho que haya provocado perjuicios económicos.

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Se puede entender como la pérdida que ha sufrido la víctima como resultado directo del hecho ilícito y que se ha traducido en un gasto o desembolso económico que no habría tenido si no se hubiera producido el hecho en cuestión. El daño emergente se refiere, por tanto, a aquellos gastos o costes adicionales que ha tenido que asumir la víctima como resultado del hecho ilícito.

Un ejemplo de daño emergente en el caso de un accidente de tráfico sería el coste de la reparación del vehículo de la víctima, el coste de la asistencia médica y de los tratamientos necesarios para recuperarse de las lesiones sufridas, el coste de los medicamentos, el coste de los desplazamientos, el coste de las horas de trabajo perdidas, entre otros.

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Es importante destacar que para que un daño pueda ser considerado como daño emergente, es necesario que exista una relación directa de causalidad entre el hecho ilícito y el gasto o coste económico que ha tenido que asumir la víctima. Además, la víctima tiene la obligación de mitigar los daños, es decir, de intentar reducir en lo posible los costes adicionales que se derivan del hecho ilícito.


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