La adopción es un proceso legal mediante el cual una persona, o pareja, adquiere la responsabilidad legal de cuidar, proteger y educar a un niño o niña que no es biológicamente suyo, como si fuera su propio hijo o hija.
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En general, la adopción se lleva a cabo cuando los padres biológicos no pueden o no quieren hacerse cargo del cuidado y la crianza del menor, ya sea porque han fallecido, han perdido la custodia, o han renunciado voluntariamente a ella. En este caso, el proceso de adopción otorga la responsabilidad legal y la custodia del menor a la familia adoptiva, lo que implica que se hacen cargo de su manutención, educación y cuidado hasta que el menor sea mayor de edad o se emancipe.
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El proceso de adopción varía según el país y la legislación aplicable, pero en general implica una evaluación de los antecedentes de la familia adoptiva y del menor a adoptar, una entrevista y revisión de documentos, y una serie de trámites y audiencias judiciales. La adopción puede ser realizada por parejas heterosexuales o homosexuales, y en algunos países también es posible la adopción por parte de personas solteras.
La adopción es un proceso que tiene implicaciones legales y emocionales importantes, tanto para los padres adoptivos como para el menor adoptado. Por lo tanto, es importante que los futuros padres adoptivos se informen bien sobre el proceso y reciban asesoramiento legal y psicológico adecuado antes y después de la adopción.
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