La aceptación de herencia es el acto por el cual una persona acepta la herencia que le ha sido dejada por un familiar o un tercero fallecido. Esta aceptación puede ser expresa o tácita, y tiene efectos jurídicos importantes, ya que una vez aceptada, la persona se convierte en heredero y adquiere los bienes y derechos que conforman la herencia, pero también las deudas y obligaciones que pudieran existir.
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La aceptación de la herencia puede ser expresa, mediante un documento en el que se manifiesta la intención de aceptar la herencia, o tácita, cuando el heredero realiza actos que implican una aceptación tácita, como por ejemplo, vender algún bien que se encuentra dentro de la herencia.
La aceptación de la herencia también puede ser pura y simple, es decir, sin hacer ninguna reserva o limitación, o con beneficio de inventario, lo que significa que se acepta la herencia, pero sólo hasta donde alcancen los bienes que la integran, sin responsabilizarse por las deudas o cargas que excedan el valor de la herencia.
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Es importante destacar que la aceptación de la herencia es un acto irrevocable, es decir, una vez que se ha aceptado la herencia, no se puede renunciar a ella, salvo en algunos casos especiales previstos en la ley.
En caso de dudas o conflictos sobre la aceptación de la herencia, es recomendable buscar asesoramiento legal especializado para tomar la mejor decisión.
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